5 pasos para aumentar tus matrículas en 90 días
A muchas instituciones les ocurre lo mismo: llegan contactos desde ferias, formularios y llamadas, pero la matrícula no crece al mismo ritmo. El reto no es “hacer más”, sino identificar adecuadamente dónde se pierde a los interesados y actuar con un método simple. Te compartimos una ruta para mejorar el proceso y atraer más estudiantes, sin agotar a tu equipo.
Por Q10
Última actualización 23/09/2025
Lectura 4 minutos

Paso 1: Radiografía del embudo
Descubre dónde se escapan las matrículas y mide con precisión. Nombra cada etapa, define las métricas que realmente importan y depura la entrada de datos para reducir sesgos. Con esa base sólida podrás detectar fugas reales en el proceso y establecer prioridades con mayor precisión.
Mapea el viaje del estudiante
El recorrido de un futuro estudiante no empieza en la matrícula, sino mucho antes. Comprender cada etapa es clave para optimizar esfuerzos y evitar fugas en el camino:
Descubrimiento → Registro → Asesoría → Envío de requisitos → Matrícula
Para medir este proceso con precisión, hay cuatro métricas no negociables que toda institución debe vigilar de cerca:
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Conversión Interesado → Cita: porcentaje de leads que pasan de mostrar interés a agendar una asesoría.
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Conversión Cita → Oferta/Propuesta: cuántos de los que reciben orientación obtienen una propuesta formal de matrícula.
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Conversión Oferta → Matrícula: cuántos convierten esa propuesta en un pago real para tu institución.
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Tiempo medio de respuesta al primer contacto: la rapidez con la que se responde al estudiante tras su registro, factor decisivo en la conversión.
Con estas métricas podrás detectar dónde se están perdiendo oportunidades y priorizar acciones que hagan más efectivo tu proceso de admisión, registra por dónde se enteró de tu institución y por qué canal te contactó. Así sabrás qué genera mejores resultados.
De nada sirve optimizar formularios y métricas si luego no cuentas con la tecnología adecuada para gestionarlos. Aquí es donde entra en juego tu software académico: debe brindarte las herramientas comerciales necesarias para acompañar cada etapa del viaje del estudiante, desde el primer registro hasta la matrícula final. En Q10, por ejemplo, dispones de 6 módulos diseñados para cubrir todas las necesidades institucionales, asegurando que cada dato capturado se transforme en una oportunidad real. Conoce más sobre Q10 aquí.
Paso 2: Mensaje correcto, canal correcto, momento correcto
No todos los interesados deciden de inmediato, y eso está bien. El verdadero error es hablarles a todos de la misma manera. La clave está en alinear mensajes, canales y tiempos según el nivel de intención de cada lead.
Primero identifica quién está tibio, quién caliente y quién se enfrió. Luego diseña guiones breves, páginas que ayuden a tomar decisiones y una cadencia multicanal que acompañe sin ser invasiva.
Segmenta por intención (listas dinámicas)
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Interesados tibios → abren emails, pero no agendan cita.
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Calientes → revisaron plan de estudios o precios.
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Inactivos (7 días) → sin interacción reciente.
Guiones de valor por segmento
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Primer contacto (WhatsApp): “Hola, {nombre} 👋 Soy {asesor}. Vi tu interés en {programa}. ¿Prefieres una asesoría de 12 min por llamada o por WhatsApp para resolver dudas de horarios y financiación?”
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Recordatorio de cita (SMS o app): “{nombre}, tu asesoría es mañana a las {hora}. Llega con 2 preguntas clave y te enviamos una guía de becas 🎓.”
Paso 3: Seguimiento
El error común es pensar que un primer contacto basta. La clave está en un seguimiento ágil y disciplinado: tiempos de respuesta cortos y acciones claras para no perder oportunidades.
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Primera respuesta: menos de 10 min
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Sin contacto en 30 min: alerta o rotación a otro asesor
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Citas reprogramadas: seguimiento en 24 h
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Inactivos (7 días): email o WhatsApp de reactivación
Plantillas de apoyo
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📩 Email de seguimiento: “Adjunto la ruta sugerida, requisitos y un estimado de inversión. ¿Agendamos mañana tu proceso de matrícula? Aquí tu enlace.”
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💬 WhatsApp reactivación (día 7): “Hola {nombre}, ¿sigue en pie tu interés por {programa}? Tengo 2 horarios que se ajustan a lo que nos contaste. ¿Quieres que te los comparta?”
Paso 4: Itera con datos: prueba, aprende y escala
No hay fórmulas mágicas. Lo que hoy funciona para aumentar matrículas mañana puede perder fuerza. Por eso, los procesos deben ser estandarizados pero flexibles, listos para ajustarse cuando haga falta.
La regla es simple: todo se prueba y se mejora. Cada mensaje, email, imagen o página es una oportunidad para optimizar.
Pequeñas acciones que hacen la diferencia:
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Reducir el formulario de 10 a 5 campos.
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Testear asuntos de email para subir la tasa de apertura.
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Incluir un botón fijo de WhatsApp en páginas de programas.
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Agregar el enlace de pago de reserva en el email después de una asesoría.
Paso 5: Reactivación y referidos
Si una persona no se matricula, no necesariamente es por falta de interés; quizá no era el momento ni la oportunidad adecuada. Descartar personas anteriormente interesadas es una forma rápida de perder prospectos potenciales, con el seguimiento correcto, pueden transformarse en una matrícula más adelante.
Campaña de reactivación (30–60 días)
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Interesados que no se matricularon.
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Mensaje: “3 cambios en {programa} para iniciar en {mes} + becas parciales. ¿Te lo cuento en 5 min?”
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Canales: Email + WhatsApp + llamada breve.
Programa de referidos simple
A cada matriculado envía un código de referido (automatizado) que bonifica materiales o aplica descuento en la segunda cuota si un amigo se matricula.
Encuesta de fricción
A los no matriculados, envía una encuesta y registra los motivos (precio/horario/financiación/otro). Con esta información podrás desarrollar propuestas personalizadas para el futuro o hacer adecuaciones directas en tus programas.
El reto: mejorar los procesos
El reto no es entender el proceso, sino ejecutarlo sin quedar atrapados en lo de siempre. La inercia operativa frena más matrículas que la falta de demanda. Simplifica lo que no aporta, cambia las métricas que no sirven y ajusta los canales que no convierten. La mejora real ocurre cuando el equipo ejecuta con disciplina, mide cada semana y corrige sin apego a hábitos antiguos.
La meta no es tener el manual perfecto, sino un sistema que se mueve: prueba, aprende, ajusta y repite. Instituciones que ejecutan con constancia —aunque empiecen con algo simple— avanzan más que las que esperan el momento ideal. Empieza pequeño, mide bien y mejora cada semana. Las matrículas llegarán como consecuencia.
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